Oh, estrella de la noche que renace en cada ocaso.
Tú que me conoces y que me escuchas.
tú que sabes cómo pienso, cómo son mis sueños
y atraviesas mi alma como una daga
que no infringe dolor,
cuya herida no sangra...
Simplemente me ves, sabes lo que soy...
Oh, ángel de mis días nublados.
Tú que brillas tristemente, tu reflejo es muy tenue
en este lugar tan lúgubre...
Oh, amor. Tú que carcomes mi piel
con tu distancia , ven a mí...
deja de lado esta soledad tan silenciosa...
dame cobijo en tu regazo,
dame calor...
Pronto extrañaré las mañanas de primavera
ya que, pronto el invierno correrá por mis venas
para corromper a este corazón
que ha dejado de latir.
¿Cómo puedo decirte que te amo,
sin pronunciar tan crueles palabras?
Antaño, el viento corría por los patios
de este palacio
como alma en pena.
Y yo solo pensaba en ocultarme.
El miedo ahogaba mis sentidos
hasta que llegaste tú a regalarme
un poco de tu luz...
Pero todo lo que toco se marchita y ahora
tú también estas desapareciendo...
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