Te hago el amor cada noche y despierto cada mañana en una habitación vacía.
La luna es mi consejera y el espejo
mi realidad perdida.
Mi cama sigue empapada y mis manos
guardan un secreto.
Esa aventura fue solo mía y tu recuerdo
es esa espina
que rompe sin piedad en mi pecho y en la
soledad me cobija.
Y me alimento del deseo
y me desbordo en tus besos.
Besos de aire que mi imaginación practica.
El sol no sonríe en mañanas grises.
Tu ausencia marchita esta flor que
aún vive.
Y sé bien que soy masoquista, que esta pena se lleva mi deseo de vivir. Pero continuaré esperando que aparezcas para, vida mía, dormir contigo hasta morir.
Y si la muerte me visita la invitaré a tomar el té. Le pediré un segundo más en mi sufrimiento para yo volverte ver.
Y si estas conmigo en mi lecho de muerte
a la muerte le diré "llévame contigo al infinito, gustosa me voy a otro lugar porque con mi amor en esta vida pude ser y pude amar. Mas dale a él otra oportunidad, que sea feliz. Se que nos encontraremos al final."
No hay comentarios:
Publicar un comentario