lunes, 19 de octubre de 2020

Observatorio

 Yo sé que no sabes que en tus ojos habita una galaxia.


O que en el infinito de tus piernas se esconde mi universo.

Tampoco sabes que las flores crecen durante el invierno, siempre que sueño contigo.

Ni que la curva mortal de tus brazos, me haría perecer si caminara con mis dedos por sus carreteras.

Yo sé que no sabes que mi oscuridad amanece cuando te ve.

O que en el tempo de dos negras, soy capaz de decir "te quiero", afinando cada letra con los matices graves de tu voz.

Yo sé que no sabes que la ciudad se vuelve silenciosa cuando te escucho reír,

o que sus avenidas serían mi hogar, si las transitara atrapada por tu compañía.

Tampoco sabes que tu espalda es como una montaña rusa de la que no quisiera bajar, a pesar de las mariposas desesperadas en mi estómago.

Sé que no imaginas esa fotografía que se compone de mis ojos a través del telecospio,

contemplando distante el sistema solar que se esconde tras tus labios.

Ni eres consciente de la helada tormenta que se forma en tus cabellos.

O que la brisa de otoño se vuelve mi consejera, cuando en silencio pido valentía para hablarte.

Y que la mudez se vuelve mi escondite, cuando esa valentía se me va, siempre que recuerdo el océano condensado en tus pupilas.

Yo sé que no sabes que estoy aquí,
distante
mirando cada uno de tus soles y tus lunares,
desde mi observatorio.