viernes, 26 de diciembre de 2014

martes, 16 de diciembre de 2014

Mario Sarmiento

No toda distancia es ausencia ni todo
silencio es olvido
solo hay ausencia cuando hay olvido y no
hay más distancia que un olvido en silencio.
¿Cómo olvidar el silencio de un beso y el
estallido de una caricia?.
Me traen a la memoria recuerdos
apasionados
que se desanudan en el cuerpo como
maripositas revoloteando por el vientre y se
deslizan haciendo piruetas por la cintura
hasta llegar a la espalda
y no hacen más que
regocijarme en una especial emoción,
mientras pasan por todo mi cuerpo
haciendome sentir que estás allí;
acariciándome
dócil y deliciosamente todo el cuerpo,
hasta sentir el delirio impetuoso
del éxtasis.
Y al llegar la calma puedo sentir lo más hermoso.
Tus sutiles dedos descubriendo mi rostro de mi cabello
para vernos a los ojos como dos almas desnudas.
Es como vivir un momento espiritual
en un intervalo; que aún en la distancia
te haces presencia
y en mi silencio
me haces el amor.