miércoles, 12 de diciembre de 2018

Odio || Poema original

Entre las dunas insensatas del tiempo

se esconde esa pequeña  dosis ingrata de tu presencia.


No basta el recuerdo de tu voz

para satisfacer el vacío inconcluso

de tu rostro frente a la ventana.


Odio los mapas y las carreteras

que dan forma a esta distancia incompetente,

descarada, que se atreve a bailar desprovista de toda elegancia

 entre mis sueños de tus labios y el tacto de tus manos.



No bastan los susurros de media noche sobre mi almohada,

ni la limosna tacaña de tus palabras.


Ahoga de momento ese silencio que se atrapa en mi garganta,

y aquello que es tan poco que se ha vuelto insuficiente

entre sábanas manchadas.



Odio las palabras nunca dichas,

esas imprudentes y caprichosas

que rompen la mudez de mis sueños intranquilos.



Odio los relojes y los calendarios;

los pensamientos espontáneos.

Esos que mueren al final del segundero,

del último domingo del año.



Odio los momentos que no tengo

y el recuerdo inventado que se acuna en cada lágrima.



Odio los besos sin rostro

y los ojos sin nombre.



Odio las palabras marchitas carentes de significado.

Odio odiar aquello que anhela ser amado

Y odio anhelar un amor abstracto,

sin sonrisas

y sin atajos.


-Yasmira Jaimes (@yasmiangeles)






martes, 11 de diciembre de 2018

Por Stefani Vásquez ( @afrodita_luz )

Tal era mi pinta, tal era mi facha
Que nadie me habló, nadie me miró ¿O sí lo hicieron?
Al menos para reírse
Al menos para entretenerse
Con mis zapatos rotos
Con mi blusa arrugada.

Tal era mi pinta, tal era mi facha
Que nadie observaba más allá
De mis gafas desconchadas y lunas rayadas
No era grata para la gente de esa cuadra.

Tal era mi pinta, tal era mi facha
Que apuraban el paso cuando yo me acercaba
Porque así de fea andaba.

Tal era mi pinta, tal era mi facha
Que escondieron sus cosas ¡Cómo si fuera a hurtarlos!
No iba a quitarles el reloj
Solo iba a robarles la hora

Pero nadie me la dio
El tiempo jugaba en mi contra
Debí caminar más rápido
Con mis zapatos rotos, aún más rotos que cinco minutos atrás

Tal era mi pinta, tal era mi facha
Que ni el hombre más feo de esa cuadra me observaba.
Que ni el autobús se paró
Seguro por mis zapatos rotos
por mi blusa arrugada.

Pero aunque así sea mi pinta
Aunque así sea mi facha
Yo no bajaba la mirada ante la gente de esa cuadra

Iba con mi cabeza en alto
Dejando atrás las malas miradas
Esas que le daban
a mi pinta, a mi facha.

Stefani Vásquez ( @afrodita_luz )