jueves, 30 de julio de 2015

Era tan simple, insignificante, ilógico, sin sentido alguno. Pero dolía, dolía muy profundo, donde no se puede ver, donde es imposible que los demás escuchen cuando algo se rompe, ahí adentro donde se guardan las lágrimas para que nadie más las vea. Para que nadie más oiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario