martes, 30 de julio de 2013

De amores vampiro

El viento se funde con la llama de las velas
y ejecutan una danza mortuoria.
Agua sanguinolenta corre por mis pies.
El suelo mugriento
adora mi espalda tendida,
mi pecho y regazo desnudos
están visibles al ojo que
no necesita ver para poder mirar.
A lo lejos se escuchan los pensamientos agónicos
de las víctimas de tu arrogancia.

Tu aroma absorbe mis sentidos,
entro en un trance tan espectral y seductor
que sólo tu mirada profunda me hace mantenerme
al lado de ésta vida tan patética que el
Dios alabado por mortales me obsequió.

Tus helados labios aman mi cuerpo desnudo,
caliente aún por la sangre viva que corre por mis venas.
Tus besos fríos queman mi piel,
la excitación es incontrolable.
Sólo quiero sentir la fuerza y la agilidad de tu espalda
en la punta de mis dedos,
sólo quiero amarte
tendido entre mis piernas.
Sólo quiero perderme en la oscuridad de tu mirada.

Encarnamos una danza tan sublime
que ni la más profunda capacidad de raciocinio
puede aceptar que somos una sola pieza perfecta.

Con un rosa en tu mano amas mi pecho,
tu sexo ama mi sexo,
tu voz ama mi voz,
y mi coherencia se disipa entre la bruma de tus pretensiones perversas.

Me llevas al más suculento éxtasis,
me ayudas a recordar cuan frágil es la mortalidad,
cuán frágil es el pensamiento mismo;
y cuando ya no puedo mantenerme respirando
muerdes muy profundo en mi cuello.

Llenas tu garganta del suculento elixir que sacia tu sed
mientras que mis venas se queman con el pasar de tu veneno,
mi cuerpo se consume poco a poco, retorciéndose de dolor
mientras que tú, solo te quedas parado frente a mí,
observando, con paciencia y cautela...
Gozas tal escena.
Te conviertes de pronto en un espectro empoderado de un sadismo seductor que abruma mi capacidad de entendimiento.

Me sumerjo en un infierno gélido y tú sólo estás allí.

El tan esperado momento finalmente llega.
Luego de la agonía mi cuerpo se repone vigoroso.
Siento la fuerza insuperable apoderarse de mis huesos
siento la velocidad inalcanzable apoderarse de mis pies.

Te acercas silencioso con una capa tan oscura como la noche
y me permites el privilegio de tocarte.
Me cobijas con ella entre tus fuertes brazos,
y una doncella desnuda extiende ante mi
una copa rebosante de una sustancia marquesí
tan caliente y apetitosa
que no puedo resistirme.
y entonces caigo en cuenta…
…es la misma sustancia, es igual
a  la que acabas de extraer de mi cuerpo...

¡Es deliciosa!
sorprendida, saboreo un poco más y disfruto
los primeros instantes en esta nueva forma de existir.

Tu mirada penetrante
me dice en silencio que ahora soy inmortal
y que las inclemencias del tiempo
ya no son un enemigo de nuestra historia.

Hago una reverencia
y agradezco a la muerte
por darme lo más hermoso de la vida...


Y es justamente,
vivir todas las edades de la tierra contigo.

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