Foto: @Ari_Spada. Fuente: unsplash.com
¿Les ha pasado que en algún punto les da sentimiento de culpa por comer?
Las personas que sufren de anorexia o bulimia conocen bien esa sensación miserable aunque, yo me refiero a un tipo diferente de remordimiento.
Y no, no se parece ni remotamente a ese reproche que se hacen las personas Fitness cuando están siguiendo alguna rutina o dieta para bajar de peso o perfeccionar su figura, y la rompen con una torta de chocolate o un trozo de pizza.
No.
Esta es una sensación diferente. Es mucho más cruel y para nada absurda. La verdad es que se trata de un sentimiento muy bastardo, que carcome la conciencia, retuerce las tripas y te hace arrepentirte de ser como eres, tener lo que tienes, de haber probado bocado, a pesar de los días que estuviste sin un quinto en el bolsillo y la nevera vacía.
Este sentimiento de culpa es el que te da cuando tienes la oportunidad (finalmente) de sentarte a una mesa y degustar un platillo modesto, agradeciendo a Dios por ponerlo frente a ti, mientras tienes a tu lado a otra persona, a un hermano, conocido, vecino o compañero de trabajo con el estómago vacío y sin dar señal alguna de pretender levantarse a buscar forma de alimentase porque simplemente no tiene con qué.
Me refiero, por supuesto, a un sentimiento de culpa que quema en la conciencia y duele mucho en el corazón.
Me refiero, claramente, a esa sensación despiadada que te hace sentir inmerecedor de todo, por el hecho de no compartir lo que tienes, cuando junto a ti hay alguien con los bolsillos rotos, las manos vacías y la mirada perdida. Sin nada.
Esta vez, hago referencia a una sensación MUY conocida por todos los venezolanos.
Y no, no pretendo dar continuidad a estas líneas. Solo deseaba mencionar algo que muchos conocen bien pero que, a mi parecer, todos desean seguir negando.
Estoy en El País del Hambre, señores.
No podían esperar que se tratara de otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario