esperando tu llegada.
Viendo la luna a través de la ventana,
mientras pequeñas gotas de lluvia la golpean impacientes.
He perdido la cuenta...
¿Cuántas noches habrán pasado ya?
Tanto frío me consume en el silencio
El recuerdo se ha quebrado en mil pedazos,
tal vez más...
Ahora solo tengo estos momentos
de pensarte con locura
y amarte a oscuras y en soledad.
Imaginar tu cuerpo mientras sudas
es solo un consuelo
al que me aferro sin pensar.
Sueño constantemente con tus besos y
mi almohada es solo el escenario para llorar.
Eres tú quien...
o mas bien,
tu aroma impregnado en mi piel
lo que me obliga cada mañana a despertar.
A apartarme de ese dulce sueño en el
que sin barreras ni motivos
libremente te puedo amar.
Pero no eres más que una sombra,
un recuerdo sin alma igual.
Eres ese momento que se detuvo en el tiempo
y esa historia que se ha desvanecido sobre mi piel.
Amarte es un dulce predicamento
que ansío tener a mi lado
en cada amanecer...
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